Tuesday, March 10, 2009

Entrevista en Perú 21, 5 de Marzo de 2009

07:11
Espectáculos y cultura | Jue. 05 MAR '09

"Soy chino de nacimiento, pero peruano de corazón"

Siu Kam Wen (China, 1951) se siente parte de la tradición literaria peruana. Considerado un autor de culto, presenta en Lima su novela La vida no es una tómbola .


El narrador es chino, vive en Hawai y tiene nacionalidad estadounidense. (Piko Tamashiro)

Por Gonzalo Pajares Cruzado

“Ser un escritor de culto significa que soy poco leído… pero que esos pocos que me leen me adoran”. Así se presenta Siu Kam Wen (1951), un escritor nacido en China, cuya lengua materna es el cantonés, que vino a Lima a los ocho años, y cuya lengua literaria es el español.

ENTRE NÚMEROS Y LETRAS. En Lima vivió 26 años. Estudió en el colegio chino 10 de Octubre, pasó por el Ricardo Bentín y terminó Contabilidad en San Marcos, especialidad que no le gusta, pero que le ha servido para ganarse la vida. ¿En Lima? No, en Hawái. “Yo me fui del Perú porque acá no conseguía trabajo. Como era ciudadano chino, tenía un carné de extranjería que me permitía trabajar durante tres meses. Al día 89, para evitar el trámite de renovación del permiso laboral, mis empleadores me despedían. Harto de esto, y siguiendo a mi madre –a quien estoy muy ligado– y a mis hermanas, decidí irme a Hawái. Era 1985. Vivo allá desde entonces y allí me quedaré. Eso sí, aunque nací en China, soy peruano por elección y por corazón. Es más, me siento parte de la tradición literaria peruana porque aquí me forme como escritor y porque mis textos están vinculados al Perú”, nos cuenta de su vida Siu Kam Wen.

Está en Lima porque la editorial Casatomada ha reeditado El tramo final , su alabado e inubicable –hasta hoy– primer libro de relatos, y porque la Universidad de San Marcos, su alma máter, ha publicado La vida no es una tómbola , su última novela, una especie de autobiografía.

Siu Kam Wen se convirtió en un autor de culto no solo por la calidad de su prosa sino, también, por su ausencia. Incluso, algunos llegaron a dudar de su existencia. No, nosotros damos fe de que existe, de que le gustan el vodka y el vino… y que, aunque domina el español escrito, para hablarlo aún tiene problemas. “Es un poco complicado: de niño pensaba en chino; de joven, en español; y, ahora, en inglés”. Tres países, tres lenguas, una sola pasión: la literatura.

“Escribo, parafraseando a Robert Frost, para ir por el sendero menos transitado. De joven quería ser como Borges. Lo imitaba y no me salía. Luego, leyendo a Isaac Goldemberg y a Bernard Malamud, me di cuenta de que uno debía escribir sobre lo que conocía y que más importante que el artificio estilístico y que la técnica era el contenido”.

Por ello, El tramo final reúne nueve relatos que tiene como protagonista a una variopinta gama de personajes de su mundo inmediato: la colonia china afincada en el Perú. Y La vida no es una tómbola, igual. “Es una novela autobiográfica. Héctor soy yo, y lo que le sucede me sucedió. Allí narro mi vida en Lima, desde los 14 hasta los 24 años”, confiesa, copa en mano, Kam Wen.

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