Friday, February 10, 2012

Artículo en el seminario El Búho, de Arequipa

La estética de Siu Kam Wen

La pluma del Imperio

Hacia el año 1849, en el gobierno del caudillo Ramón Castilla, se aprobó la Ley General de Inmigración, conocida en aquel tiempo como la ley chinesca, por su clara dirección en pro de los inmigrantes coolies que llegaban a cubrir la falta de mano de obra en las haciendas del norte y centro del Perú. Su aporte al país desde entonces se ha hecho invalorable, no solo en la culinaria, sino también, recientemente, en la literatura.

Autobiográfico. Su primer libro “El tramo final” fue elegido como el mejor en su año de publicación (1985).


No solo son los miles de restaurantes chifas y el arroz chaufa, no la excepcional combinación entre lo dulce y lo salado, no las cientos de bodegas regidas por sus ojos vigilantes y desconfiados; no solo es el barrio chino, su calles, aromas, carteles, colores, el rojo, siempre el rojo que recuerda su bandera; es también el legado de una de las tradiciones culturales mejor reputadas del mundo antiguo, el legado de una literatura que durante milenios se consolidó a pesar de sus propios embates, como elucubra Jorge Luis Borges en su ensayo “La muralla y los libros”.

Desde Sun Tsu, pasando por la filosofía de Confucio, y los textos de Lao Zi, la escritura china que, incluso antes que la occidental, contó con imprentas de caracteres móviles, ha sido pilar de la literatura, aunque su incidencia en esta parte del globo no haya ni ha sido aun muy reconocida.

De esa larga y exquisita tradición nosotros felizmente también hemos bebido. La literatura nuestra, que es reciente y moderna, y la literatura china que es milenaria, ha dado pequeños pero significativos síntomas que demuestran la sinergia constante de la cultura. Allí donde habita el silencio, donde se teje la sombra, donde al parecer no pudiera brotar nada, aparece el arte de la escritura y recrea el espacio, convirtiéndolo una vez más en un espacio nuevo.

De esa recreación nace el arte superior de Siu Kam Wen, escritor chino-peruano nacido el año 1951 en Zhongsham, una pequeña localidad situada al sur de China. A los ocho años, luego de una breve estancia en Hong Kong, migró junto con sus padres, como muchos otros de sus coterráneos, hacia Lima, Perú. No es difícil imaginar el alto precio que tuvo que pagar para reacomodar su universo cultural al nuestro, quizá más disímil y conflictivo que el suyo.

Precisamente ése difícil tránsito, esa violencia contra el cuerpo que se desplaza está representada en muchos de los relatos que se encuentran reunidos en su primer libro “El tramo final” (1985). Libro que, valga el apunte, fue elegido como el mejor en su año de publicación y que terminada la década fuera considerado como uno de los 10 mejores libros publicados en el 80.

En este libro están representados con maestría jóvenes migrantes chinos o hijos de chinos que se enfrentan, por un lado a la sociedad limeña, nueva, extraña, fría y por el otro, con la memoria de una cultura de tradiciones férreas que se contradicen con la realidad circundante. Es por momentos autobiográfico, aunque en verdad en la literatura, en la ficción poco importa que sea o no autobiográfico. Importa que el cuento sea estéticamente interesante y Siu Kam Wen lo logra muy por encima de la valla del primer libro publicado.

Así, Siu Kam Wen, con la sencillez y solvencia de sus relatos ambientados en el mundo de las colonias chinas, pasó de ser un simple migrante a formar parte de la literatura peruana más importante de las últimas décadas, aunque, esto último, solo sea una ironía, puesto que el escritor nunca se relacionó con la literatura nacional y, todo lo contrario, luego de publicar su segundo libro, “La segunda espada del imperio”, abandonó el país rumbo hacia Estados Unidos y a continuación hacia Hawai, lugar donde reside hasta la actualidad.

Pese a ello, Siu Kam Wen no escatima en declarar su filiación con nuestra literatura. “Mi nacionalidad puede ser norteamericana, por nacimiento soy chino, pero como escritor soy peruano, porque casi todo lo que he escrito es sobre el Perú, sobre la gente, sobre mi experiencia en Perú”. Y pese a la distancia, hoy aún es posible encontrar nuevas ediciones de sus primeras obras como de su actual trabajo, que no cabe duda, es de lo mejor en la literatura actual peruana.


Por Arthur Zeballos Herrera