Sunday, March 8, 2009

Artículo en Deporte Total de El Comercio, 28 de Febrero de 2009

El Gol Inolvidable de Oblitas y la Tragedia del Nacional

Los Buenos y los Malos Días
Por Siu Kam Wen

Lo que más recuerdo del deporte peruano son una tragedia y un gol. La primera fue la tragedia del Estadio Nacional de 1964, en que 328 hombres, mujeres y niños perecieron aplastados, pisoteados o asfixiados en los oscuros y húmedos túneles de salida del estadio, cuando trataban de escapar de los gases lacrimógenos lanzados por la policía a las tribunas. Los equipos que jugaban ese día fueron las selecciones de Perú y de Argentina, que disputaban su paso a las Olimpiadas de Tokio. Mi tío tenía una radio instalada en la tienda, pues le gustaba escuchar huainos y marineras cuando no había parroquianos. A las cinco o seis de la tarde de ese domingo fatídico, sin embargo, los huainos fueron interrumpidos por las histéricas voces de los locutores, que ponían a los oyentes al tanto de la tragedia que estaba ocurriendo en el estadio. Se podía escuchar el ulular interminable de las sirenas, pero no recuerdo si venía solo de las transmisiones o también de las calles. Los hospitales se llenaban de muertos y de heridos, que pasaron del millar; a los médicos que estaban disfrutando de su tarde libre se les pidió reportarse a los centros médicos con la mayor prontitud posible. Yo tenía entonces 13 años, y a mí se me anegaron los ojos a medida que el número de los muertos y de los heridos subía como el mercurio durante la canícula. Al día siguiente, todos los diarios mostraban en su primera plana fotos de los muertos, dispuestos en hileras dobles, esperando ser reconocidos por sus parientes.

GOL AL SUR

El gol fue el que hizo Juan Carlos Oblitas, el “Ciego”, durante la Copa América de 1975, en el partido jugado contra el seleccionado de Chile. Pude ver ese partido en vivo y en directo. El gol se generó desde el mediocampo, cuando el “Gran Capitán” Héctor Chumpitaz, subiendo desde atrás, hizo un magnífico pase largo a Percy Rojas, que jugaba como alero derecho. Rojas recibió la pelota en la zona de los tiros libres, dribleó hábilmente a un defensor chileno y la “sombreó” por encima de otro. Para entonces Oblitas, que jugaba de alero izquierdo o de centro delantero, se había desplazado hacia el centro hasta colocarse delante del arco, pero con la espalda vuelta hacia él. A Oblitas lo marcaban tres o cuatro chilenos. Lo que hizo entonces el “Ciego” fue digno de figurar en todas las crónicas deportivas del mundo. Primero paró y levantó la pelota con el empeine de su pie derecho y la tocó con la rodilla. Entonces hizo una chalaca y con casi calma y una elegancia sin duda contribuida por su figura espigada, mandó la pelota al fondo de la red sin que el guardameta pudiera hacer nada para impedírselo.

No comments: